Te sientas cómodamente en el asiento de tu flamante nuevo vehículo autónomo y, con un simple toque en la pantalla táctil, le pides que te lleve directamente a casa. Reclinas el asiento y te dispones a disfrutar del viaje, con plena confianza en que llegarás sin problemas a casa relajándote después de una dura jornada.
Interesante, ¿verdad?
Pues este futuro podría estar en riesgo a consecuencia de la desconfianza de los consumidores en las tecnologías que lo posibilitarían. Así que cuando la mayor parte de la población debería desear poder disfrutar de una escena como la que hemos descrito, tendríamos que preguntarnos qe está pasando para que esto no sea así.
¿Por qué se ha provocado esta reducción de la confianza?
Fijémonos en este dato. Del 55% al 68% se ha incrementado la desconfianza de los consumidores en el último año en las tecnologías de conducción autónoma según una encuesta publicada por el Auto Club Group, uno de los integrantes de la AAA (American Automobile Association), que cuenta con más de 60 millones de socios en EE.UU. y Canadá.
Este ascenso se debe fundamentalmente al aumento de las preocupaciones de los usuarios en relación con este tipo de vehículos. Muchos de ellos temen que los vehículos autónomos puedan fallar y causar accidentes, lo que tiene cierta lógica, especialmente debido a las noticias que se han producido a lo largo del año pasado en las que algunos vehículos con asistencia a la conducción estuvieron involucrados en varios accidentes.
Un inciso antes de continuar.
Es importante mencionar que la mayoría de estos accidentes fueron causados por un mal uso de las tecnologías, ya que muchos usuarios creen que los vehículos actuales son capaces de conducir de forma completamente autónoma. Aún así el impacto que estas noticias tienen en la confianza general es bastante negativo.
Por eso las marcas de automóviles desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la confianza del consumidor. El uso de terminología confusa a la hora de describir sus sistemas de asistencia a la conducción con nombres como Autopilot, ProPILOT o Pilot Assist ha generado una imagen incorrecta sobre las capacidades de estos sistemas de asistencia al conductor.
Dichos nombres han provocado que muchos usuarios confíen en exceso en el potencial de estas funcionalidades, realizando comportamientos muy imprudentes como el dejar de prestar atención de forma activa al estado de la carretera. Por ello, el riesgo de accidentes se incrementa mucho, en especial cuando las condiciones de conducción no son las ideales.
Al final, la mala interpretación del alcance de estas funcionalidades puede generar insatisfacción y disuadir a los consumidores de adquirir vehículos con tecnología avanzada, lo que podría retrasar el desarrollo de tecnologías más seguras y eficientes en el futuro.
Por esta razón, algunos fabricantes están comenzando a renunciar a la terminología de «autonomía» y están utilizando términos como «asistencia avanzada al conductor» para evitar confusiones y promover un uso responsable de la tecnología.
Razones para aumentar la confianza del consumidor en la conducción autónoma
Es importante que trabajemos para aumentar la confianza de los usuarios en las tecnologías de asistencia a la conducción, ya que tienen el potencial de mejorar la seguridad en las carreteras, reducir el número de accidentes de tráfico y, en última instancia, salvar vidas.
Sin embargo, para que los consumidores confíen en estas tecnologías, es necesario que se sientan seguros y estén bien informados sobre su funcionamiento y sus limitaciones. Así que, llegados a este punto, toca preguntarnos como podemos conseguirlo.
Minimizando el error humano en la conducción
Los sistemas de asistencia a la conducción pueden ser de gran ayuda para evitar que los conductores cometan errores, como la función de mantenimiento de carril, el control adaptativo de velocidad, el frenado automático de emergencia, entre otros.
Estas funciones pueden incluso prevenir la conducción bajo los efectos del alcohol o la somnolencia, reduciendo significativamente el riesgo de accidentes de tráfico y mejorando la seguridad en las carreteras.
Así pues es importante explicar al consumidor todos estos beneficios, mostrándole casos de uso en los que se vea cómo se pueden aprovechar estas ventajas.
Información clara y detallada sobre el funcionamiento de las tecnologías de asistencia a la conducción
Sí, son tecnologías que contribuyen a mejorar la seguridad vial, pero no debemos olvidarnos de que es fundamental que las marcas de automóviles proporcionen información clara y detallada sobre cómo funcionan sus sistemas de asistencia a la conducción, incluyendo sus limitaciones y requisitos de uso.
De esta manera, los conductores podrán entender mejor las capacidades de los sistemas y usarlos de manera más segura y efectiva, teniendo así unas expectativas realistas de lo que pueden esperar de estas tecnologías.
Aprendizaje de la red
Gracias a la captura de esa inmensidad de datos que pueden surgir durante las eventualidades en la conducción, podemos procesarlos de forma agregada consiguiendo un aprendizaje acelerado para todos los vehículos de una misma flota.
Este aprendizaje repercutiría en un menor número de accidentes y, por tanto, aumentaría la confianza del consumidor en los sistemas de asistencia a la conducción.
Además, los datos obtenidos de los sensores y cámaras instalados en los vehículos autónomos pueden utilizarse para mejorar aún más la seguridad vial, en especial cuando los conectamos con la red de dispositivos inteligentes de una Smart City.
Pruebas y certificaciones rigurosas
Es necesario que los sistemas de asistencia a la conducción sean probados y certificados por organismos independientes y reconocidos a nivel mundial para asegurar su calidad y fiabilidad.
Además, sería importante mostrar todas las pruebas que las marcas han realizado antes de lanzar sus sistemas al mercado para evitar fallos y garantizar la seguridad de los usuarios.
En definitiva, se trata de proporcionar una garantía de que estos sistemas han sido testeados en condiciones reales y evaluados por expertos independientes, cumpliendo con los más exigentes estándares de seguridad.
la formación al consumidor
Por último, debemos preocuparnos por ampliar y mejorar la formación en el uso de los asistentes a la conducción.
Como estamos viendo, es fundamental que los conductores sean conscientes de que estas tecnologías no son infalibles y de que no deben esperar una conducción autónoma plena. Por lo tanto, sería necesario que nos empezásemos a plantear como podríamos proporcionar una formación adecuada y dinámica para que los conductores aprendan a utilizar estas funcionalidades de manera efectiva y segura.
La tecnología está en constante evolución, por lo que necesitamos actualizarnos continuamente para utilizar estas herramientas de manera efectiva y obtener el máximo beneficio que nos permitan en cada momento.
En este sentido, el método tradicional para obtener el carnet de conducir está quedando obsoleto, por lo que debemos encontrar nuevas formas de enseñar a los usuarios cómo utilizar las nuevas funcionalidades que se incorporan constantemente en los vehículos. Dado que estas innovaciones probablemente se realizarán de forma silenciosa a través de actualizaciones de software, sería una lástima cometer errores por no conocer cómo aprovecharlas adecuadamente.
¿Y tú qué opinas al respecto?
¿Cuáles podrían ser los próximos pasos para lograr recuperar la confianza de los consumidores?
¿Crees que los sistemas de asistencia a la conducción podrían reducir significativamente el número de accidentes de tráfico?
¿Crees que la formación adecuada de los conductores es crucial para el éxito de estas tecnologías?
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